septiembre 06, 2013

Cuando Todos Creen Saberlo


Normalmente, cuando alguien visita al médico y después de algunos estudios (cuando es el caso), el médico genera un diagnóstico y en consecuencia receta, no conozco ser humano que no haya estudiado medicina que haga algún reparo al respecto. Lo consideramos tan experto en el tema y a nosotros tan ajenos a éste que, por muy amargo que sea el medicamento nos lo tomamos. Hay casos, inclusive, que son utilizados placebos por los médicos tan sólo para que el paciente se sienta mejor y lo logran, sin que el paciente sospeche siquiera qué fue lo que pasó.

Prácticamente sucede lo mismo con contadores y abogados a quienes entregamos nuestros números y nuestra situación legal como cheque al portador y sin cuestionar absolutamente nada para que, mediante sus artes y oficios, hagan lo que mejor sepan hacer y nos entreguen buenos resultados. ¿Por qué la comunicación (incluidas sus disciplinas y herramientas –especialmente la que comprende a las redes sociales–), son tratadas en forma diferente? Pareciera que hoy todos tienen la preparación para opinar de su utilización, efectividad, formas y contenidos.

Una posible explicación

Es un hecho que el mundo se está rejuveneciendo gracias al uso de las nuevas tecnologías que cada vez más acceso general tienen. También el fenómeno ocurre en forma cronológica. Tanto clientes como los encargados de atenderlos desde agencias a consultoras, están siendo cada vez más jóvenes (con todos los defectos y virtudes que ello implica).

Es innegable también, que a todos ellos les entusiasme innovar desde una plataforma que creen conocer sólo porque la utilizan de forma personal no obstante la disponibilidad de cursos, seminarios –y bueno, hasta diplomados–, que actualmente se ofertan para los usos de las redes sociales en mercadotecnia (ya que no quieren pagar por una buena cultura, cuando menos que lo hagan por una buena técnica).

Twitter

De las dos redes más populares, sin duda alguna la que presenta una mayor complejidad por la estructura y el mensaje que debe ser definido, después codificado y al final emitido es Twitter.
Ya el simple hecho de limitar a 140 caracteres el mensaje, independientemente de lo que éste debe decir o no, plantea varias preguntas que sin duda deben resolverse. La primera de ellas es autodefinir (para la marca que vamos a trabajar en las redes), el tono de comunicación que debemos implementar, la forma de comunicación que debemos formular y el respeto por el idioma que debemos guardar. Hay marcas a las que –por sus audiencias–, les importa un bledo el uso correcto de la puntuación como parte de la ortografía (algo que convencionalmente es infinitamente criticable), pero que no se sustrae al hecho de que ni las audiencias ni las personas detrás de las agencias leen salvo lo que ven en sus pequeñas pantallas móviles.

Su utilización con características de una mala ortografía, habla del poco poder de síntesis de quien así lo hace: todo (o casi) es posible meterlo en 140 caracteres sabiéndolo acomodar. Una marca seria nunca debe fragmentar vocablos ni sintetizar morfemas.

Twitter es una red social que todavía tiene muchos aspectos por explorar y que ya es, sin duda, una herramienta imprescindible.

Facebook

Facebook, por su parte, es una red probadamente menos complicada para el trabajo de construcción de reputación. De hecho, esta red ya cuenta con toda una estructura de soporte comercial para la creación de una página especial con foros de discusión sobre el tema que a la marca convenga tratar, con fotos de producto inmejorable, con asistencia casi automática de envío de invitaciones a eventos y un cúmulo de mini aplicaciones que pueden hacer de tu página en esa red algo innovador y hasta divertido.

En Facebook la marca debe de hacerle sentir al usuario de su página el confort necesario para explayarse aunque, al igual que sucede en Twitter, la marca debe mantener –aunque el tono no sea tan formal–, un estricto control de calidad en las formas de los mensajes que emite (y para quien hasta aquí no lo haya entendido), estamos hablando de formas gramaticales y lenguaje debidamente articulado.

En un esfuerzo por clasificar

Las cuentas que en redes sociales tiene una marca NO deben manejarse como si fueran las cuentas personales. NO utilizan la misma semántica por una razón: tienen objetivos diferentes.
En esos casos, si el trabajo es de construcción de reputaciones debe ser realizado por expertos en relaciones públicas: dejarlo en manos inexpertas o en clientes que creen saber todo sobre estas herramientas, puede ser increíblemente contraproducente.

“Zapatero a tus zapatos”, sería el refrán que mejor aplica y que, aún quienes lo pregonan, se abstienen de aplicarlo.

Los invito a seguirme en Facebook o por Twitter: @ManuelMR.

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