noviembre 14, 2016

Parametría: Medición del Triunfo de Trump

Carta Paramétrica

Estimados amigos, colegas y usuarios:

Parametría les hace llegar el siguiente análisis

El esfuerzo tiene los siguientes propósitos:

1) Contribuir en el análisis de temas sociales de interés público,

2) Generar información para académicos, medios de comunicación y consultores,

3) Proveer información relevante para tomadores de decisiones de política pública en el ámbito gubernamental y empresarial.

Derechos Reservados © Parametría, S.A. de C.V., Calle Benjamín Hill No. 185, Colonia Hipódromo Condesa, C.P. 06170,
México D.F. 2016. La información o resultados presentados a continuación pueden ser libremente publicados, citados y,
en general, usados, siempre y cuando se cite la fuente de este estudio.

Favor de enviar todos sus comentarios a:
carta@parametria.com.mx




El mandato de Trump o el efecto Jesse Ventura
El triunfo de Donald Trump sorprendió (literalmente) al mundo. Prácticamente todas las mediciones, 
los mercados de apuestas, los indicadores económicos, las estimaciones de distintas consultorías 
(concentradoras de encuestas o calificadoras) veían el triunfo de Hillary Clinton como el escenario 
más probable. La diferencia entre los pronósticos (para quienes se atreven a hacerlos) y el resultado es, 
en sí mismo, un tema de discusión.

Será para una próxima entrega.

Sin embargo, a diferencia de lo que indicaban todas estas estimaciones, sobre todo cuantitativas, hubo 
algunos que con argumentos sólidos ya advertían sobre lo que se avecinaba. A mediados de julio pasado 
Michael Moore publicó un artículo donde argumentaba cinco razones por las que Trump ganaría las 
elecciones presidenciales.

En primer lugar el autor expone que Trump tendría el apoyo de la clase obrera estadounidense 
-blue collar jobs- afectados por la economía, principalmente de Michigan, Ohio, Pennsylvania y 
Wisconsin. La segunda razón es que Trump representa a numerosos hombres- angry white man- que 
se oponen al creciente poder de minorías como las mujeres, la comunidad homosexual y grupos étnicos.  
En tercer lugar Moore señala que no había entusiasmo por votar hacia Hillary Clinton, ella no gozaba de 
mucha popularidad como Obama así que no era la primera opción para muchos electores. Otra razón es 
el bajo apoyo que Clinton podría recibir de los partidarios jóvenes de Bernie Sanders, según Moore estos 
no estaban muy convencidos de votar por ella.

Finalmente, muchos estadounidenses aprovecharían la casilla como un espacio para descargar su 
disgusto y frustración ante un deteriorado sistema político. El voto se traduciría en un mensaje de enojo 
donde elegir a Trump es el símbolo de rebeldía, tal como ocurrió en los 90’s en Minnesota, el cual eligió al 
ex luchador profesional Jesse Ventura como gobernador.

Al parecer y  a juzgar por los números de las encuestas de salida el diagnóstico de Moore fue más que 
profético. La encuesta más valiosa para quien le interesa entender al elector y a la sociedad en general 
y no necesariamente predecir resultados, es la encuesta de salida. Con ella podemos entender los 
segmentos, las tendencias demográficas, las razones del electorado y en último término: el mandato 
del ganador. Conocer las razones por las que un candidato fue votado, es saber a qué está comprometido
el nuevo dirigente.

Demográficos
Dice una máxima de la escuela sociológica del comportamiento electoral: “demográficos son destino”.  
Parece que como en pocas elecciones estás máxima se cumple para la elección Presidencial en 
Estados Unidos.

Si hubiera que estereotipar el grupo mayoritario que definió la elección sería: hombres (53%) blancos (58%)
-escolarizados (49%) y no escolarizados (80%)- protestantes, de un estrato social bajo—enojados con el 
establishment político, pero en particular con el gobierno federal.

Hillary Clinton recibió el apoyo de personas “no blancas” (74%) donde la mayor parte de los latinos (65%) 
votó por ella. Se esperaba también que la brecha de genero daría un mayor margen a Hilary Clinton, pero 
la evidencia muestra que no fue suficiente, sólo 12% por arriba de su promedio (42% vs. 54%).


En educación, si bien hay un sesgo a su favor entre la gente con “college” (52%), este sesgo no se observa 
entre los hombres blancos. Una de los datos más reveladores de esta elección: ser hombre blanco importó 
más que ser escolarizado.




Se esperaba que los jóvenes salvaran a la candidata demócrata. Es cierto que hay una tendencia por edad, 
a mayor edad mayor preferencia por Trump, Más de la mitad de los electores por Trump están sobre 
45 años (56%), con Clinton votaron más jóvenes: 52% de personas menores de 44 años, pero como 
lo sugería Moore, los millennials votaron por terceras fuerzas electorales (9%).



Una de las tantas ironías de esta elección en lo que a datos demográficos se refiere es que 29% del voto
latino fue para Trump. No es el peor record para un republicano, Bob Dole obtuvo el 21%, y Mitt 
Romney 27%, pero dado lo que dijo sobre los hispanos parece sorprendente.



La encuesta de salida señala que el reto más importante del país para el público en general es la economía 
(52%), seguido de terrorismo (18%). Migración no se ve como un tema fundamental (13%) irónicamente.


Es muy interesante que entre el votante promedio se prefiere la opción de legalizar a los ilegales (70%), 
contra la opción de deportarlos (21%). Es decir la propuesta de Trump no es popular en el tema 
migratorio, ni en nivel de importancia, ni en la forma de resolver el problema.

En lo que refiere al muro cuatro de 10 votantes lo quieren (41%), mientras una mayoría lo rechaza (54%), 
ello no significa que entre los republicanos no sea popular (84%). Veremos cómo se comporta Trump 
frente a este mandato.

 

Otro tema fundamental es el Obamacare. El votante se dividió, pero la opinión negativa predominó. La 
mayor parte de los electores pensó que había ido muy lejos (47%), y un menor porcentaje pensó que se 
había quedado corto (33%).

Los votantes por Trump tenían una mala percepción hacia temas como el Obamacare: entre quienes 
consideran negativamente que el programa fue “demasiado lejos” (83%). A diferencia de la proporción 
que consideró que la reforma estuvo en su derecho (82%) votantes por Hillary.


La percepción de los tratados de comercio internacional resultó dividida entre el votante promedio. 
Casi en la misma proporción se consideró que generaban (38%) o quitaban empleo (47%). 
Pero como era de esperarse los efectos de los tratados económicos internacionales son percibidos de 
manera más negativa por el votante de Trump que por los de Clinton. En este issue los que están 
a favor del republicano cree que los tratados de libre comercio disminuyen los empleos en los Estados 
Unidos (65%). A diferencia de una mayoría de votantes por Clinton que opinan que los tratados de libre 
comercio crean más empleos para el país (59%) y no afectan a los actuales (63%).

Imagen de los candidatos
Sobre la imagen de ambos candidatos, la opinión hacia Hillary Clinton se reparte entre una minoría (44%) 
que la considera favorable y una mayoría (54%) desfavorable. En cambio Trump tiene más porcentaje 
de personas que lo ven como desfavorable (64%) que favorable (38%). Hillary Clinton supera las 
preferencias sobre Trump en “preocupación por la ciudadanía” (58%), la “experiencia correcta” (90%) 
y “buen juicio” (66%). En cambio Donald Trump sólo tiene como mayor cualidad la “posibilidad de hacer 
un cambio” (83%).


Acerca de la honestidad que proyecta cada candidato las cifras muestran que Trump una imagen más 
honesta (98%) que Clinton (96%) entre quienes sus respectivos votantes. ¿Quién está mejor calificado 
para ser Presidente de los Estados Unidos? Más de la mitad de los electores dicen que Clinton está mejor 
calificada (52%), a diferencia de las bajas cifras que perciben a Trump mejor calificado para el cargo (38%).

Estos datos revelan que los estadounidenses no necesariamente coinciden con las propuestas del ahora 
electo presidente Donald Trump, pero sí manifiestan su distancia con la gestión de los demócratas y en 
especial la candidatura de Hillary Clinton. Se observa que los estadounidenses quieren cambios, y esto 
coincide con los argumentos de Michael Moore: estos datos contribuyen a visualizar a un votante 
disgustado con el sistema político, desencantado de la clase política actual.


El “Efecto Jesse Ventura”
Al final de esta breve revisión es difícil explicar porque gana Trump cuando sus propuestas no fueron 
las más populares y además tuvo la peor imagen de todos los candidatos. Además de que la gente tiene 
temor e incertidumbre. Es cierto que el perfil demográfico de los electores le favorecen y por ello 
podríamos decir que está fue una elección de demográficos.

Sin embargo, esta condición no le era suficiente para obtener este resultado. Había una condición 
necesaria que es lo que Michael Moore describió como el “efecto Jesse Ventura”. La libertad de 
 un electorado para tomar riesgos y votar por un luchador, un actor de “reality show” o un empresario 
de “real state”. Cansados de la clase política y del sistema de partidos, el electorado decidió votar 
por el representante del “antisistema”. Si estaban en la capacidad de hacerlo: “¿why not?”


La Revolución

  por Manuel Moreno Rebolledo Con 110 años de edad, la Revolución Mexicana –impulsada por la pequeña burguesía de la época y con un ideario...