Decía Warren Buffett que en cualquier actividad el riesgo
viene de no saber lo que se está haciendo y –parece ser–, que lo que Jorge
Vergara comenzó a hacer con la transmisión de los partidos de local de las Chivas Rayadas del Guadalajara cabe en ese aforismo.
La apuesta es grande. En mayo pasado, Televisa anunció que las
Chivas no renovarían el contrato de derechos de televisión, rompiendo un
convenio que venía funcionando desde hace aproximadamente 28 años. El contrato
–se dijo en forma no oficial–, era de 25 millones de dólares anuales para las
Chivas, mismos que no fueron aceptados por Vergara quien –supongo–, pensó que el
producto podría tener un valor mayor aún cuando no ha tenido un título en 10
años.
Otras televisoras
Los juegos de las Chivas no
se habían transmitido en otra televisora que no fuera Televisa, a excepción del
periodo 1985-1989 cuando IMEVISION tomó el contrato para que, junto con el
equipo de los Pumas de la UNAM, fueran los estelares del consorcio –en este
entonces–, estatal.
Fue hasta hace un par de
años que otra televisora que no fueran Televisa y TV Azteca tomaran en forma
exclusiva a dos equipos (Pachuca y León), ambos con participación de Grupo
CARSO, para negociar un contrato con Fox Sports.
Un proyecto ambicioso
Las Chivas (considerado uno
de los cuatro equipos “grandes” del futbol mexicano), podría significar un activo
para cualquier televisora por los anunciantes que genera, por lo que el fin del
contrato era ansiado por otras empresas televisivas con la debida estructura
para incluir sus partidos dentro de la oferta de programación, sin embargo, el
dueño de las Chivas –Jorge Vergara–, al confirmar la cancelación del contrato
con Televisa, también anunció que no se mudaría de canal, sino que crearía uno
propio a ser visto por internet.
De acuerdo con lo que
informó Vergara, además de los partidos de local del Guadalajara, se incluirán
además de noticiarios y reality shows,
otros contenidos. Todo ello bajo demanda, es decir, el costo por partido varía
dependiendo del rival; van de 500 pesos (el clásico contra el América), 325
pesos los juegos contra Pumas, Cruz Azul y Atlas, 200 pesos contra rivales de
una jerarquía media y 125 pesos los que a juicio del comercializador son de
menor rating.
Suposiciones
Más allá las cifras (que de entrada parecen
infladas) sobre el número de usuarios que Chivas TV dice ya tener, la apuesta
de convertir un equipo de futbol en su propio medio al que además hay que
pagar como aficionado para poderlo ver, requiere de elementos que, por el
momento, el Guadalajara no tiene.
Para empezar requiere ser un
producto exitoso y no lo es. Diez años sin ganar un título de Liga tiene a la
afición enojada por las promesas que su dueño hizo al hacerse del Club y que no
ha cumplido. En los últimos torneos, incluso, es un equipo que ha estado
peleando por no descender de categoría. Esa realidad que tiene Chivas no es
posible inflarla con mercadotecnia por más que se quiera porque resultados, a
final de cuentas, son resultados.
Jorge Vergara supuso que los
aficionados correrían a contratar los partidos de Chivas olvidándose de algo
importante: verlos como visitantes siempre podrá ser gratis o podrá ser visto
por el sistema de paga que ya se tenga contratado (¿para qué contratar algo
más?).
Exposición
Es cierto que ya hay equipos como el Manchester United o el Real Madrid que
tienen sus plataformas digitales desde las cuales transmiten sus partidos, pero
independientemente de las diferencias en el pedigrí de los referidos con
respecto a Chivas, estos equipos también transmiten por televisión de paga; es
decir, su plataforma digital es un complemento, no la base desde la cual el
equipo continúa difundiéndose a sí mismo.
Otro problema que se volverá recurrente es la exposición misma del equipo.
Desde que el lanzamiento de Chivas TV fue anunciado, las notas informativas
sobre el Guadalajara en los programas deportivos de televisión han bajado
considerablemente; es decir, ayudarles en la construcción de una buena
reputación en caso de que se vuelvan ganadores, será problemático.
Si las condiciones se dieran en forma favorable para Chivas, requerirían no
sólo ganar este campeonato sino regresar a las finales de la Copa Libertadores
y ganar el campeonato siguiente (así está la reputación de Chivas en este momento –y
ni qué decir de la de su dueño–), para congraciarse otra vez con sus fans y que
desearan contratar los partidos –o la suscripción anual que cuesta casi dos mil
pesos–, y que el proyecto comenzara a generar ingresos. De lo contrario, se
augura que en menos de dos años, el equipo del Guadalajara regrese a ser
transmitido por una televisora en forma.
Hasta el próximo mes.