diciembre 29, 2015

Semiótica Mexicana

Aunque se ha propuesto que la semiótica sea el contenedor de todos los estudios derivados del análisis de los signos, sea cual fuere su origen (escrito u oral, humano o natural), su división en tres ramas la hace más comprensible: Semántica, que se refiere a la relación entre los signos y las cosas a las cuales éstos se refieren (su denotación); Síntesis, que se refiere a la relación de los signos como estructuras formales; y Pragmática, que se refiere a la relación existente entre los signos y sus efectos en aquellos (individuos o grupos) que los usan.

La semiosis, que es lo que estudia la semiótica, es el proceso que se desarrolla en la mente del intérprete; se inicia con la percepción del signo y finaliza con la presencia en su mente del objeto del signo.

Un hecho sin precedente
Esto se menciona porque –hace poco menos de un mes–, se presentó en Ciudad Universitaria una colección de libros que, para la profesión que ejercemos, se vuelve única. Se llama Los Mexicanos Vistos por sí Mismos y consta de 26 libros que son el fruto de 25 encuestas realizadas en todo el país sobre lo que en México pensamos de la vida, la economía, la política, la sociedad en este momento, y lo que pensamos será nuestro futuro.

Estos volúmenes son el resultado del esfuerzo de 93 investigadores y 21 centros de investigación e institutos de la UNAM. Todo el trabajo fue radicado por el Instituto de Investigaciones Jurídicas. Los expertos en cada tema diseñaron las preguntas e hicieron un ensayo muy sencillo sobre los resultados. Es la primera vez que puedo presenciar un esfuerzo similar, tomando como base la investigación y sin que medie esa interpretación poética tan esencial de nosotros mismos que seguramente todos leímos en El Laberinto de la Soledad y que, en gran parte, es un retrato obsoleto.

El retrato
Hay una salvedad que pudo haber influido en algunas de las percepciones al momento de las encuestas: esta tarea se hizo hace exactamente un año cuando los hechos de Ayotzinapa aún estaban demasiado frescos como para ser digeridos.

Sin embargo (y a decir de quienes ya han tenido la oportunidad de revisar este trabajo en toda su extensión), si algún rasgo cultural ha cambiado del mexicano es que se fueron los estereotipos que nos hacían mirarnos como un ombligo lleno de pelusas: los machos, parranderos, jugadores y ladinos al parecer, ante nosotros mismos, han quedado atrás. Ahora el mexicano percibe como su principal característica el ser trabajador y como segunda el orgullo.

Otro asunto a ser tomado en cuenta es que, además de temas como el empleo, la educación y la seguridad, la corrupción forma ahora parte de las preocupaciones más constantes.

Los valores
Julia Isabel Flores –quien coordinó este esfuerzo–, comenta en su escrito preliminar que las tres palabras más asociadas al vocablo ¨México” son “país”, “cultura” y “corrupción”. Ya después siguen otros que lo asocian con “orgullo”, “tradición” e “inseguridad”. Tanto “corrupción” como “inseguridad”, son términos poco halagüeños para ser vinculados al nombre del país.

Es cosa de asomarse a las redes sociales para darse cuenta de los desencuentros que los diferentes temas de la agenda nacional provocan. Una dualidad que califica y descalifica a la menor provocación. En un diván de analista, no faltaría quien calificara a México de bipolar.

Posibilidades
Muy parecido a lo anterior provoca la percepción del gentilicio. Las primeras asociaciones que se perciben con el término “mexicano” son “trabajador” y “orgullo”, y van aparejadas de “honesto”, “leal”, “responsable” y “comprometido”, que alejan aquellos viejos epítetos que no nos bajaban de zánganos, conformistas e ignorantes. Sin embargo, esta nueva percepción positiva se combina, dualmente, con términos como “corrupto”, “transa”, “gandalla”, “maldad” que surgen, a decir de Julia Isabel Flores, con el crecimiento de la delincuencia en el país.

Para quienes nos dedicamos a comunicar ya sea a través de estrategias de recuperación o construcción de reputaciones; o a través de comunicar propiedades de un producto, marca o servicio a través de publicidad y promociones, o de desarrollar diseños que hagan evocar y percibir que estamos creando una comunicación sintonizada, conocer estos libros no sólo será un gran descubrimiento. Será sin duda la “piedra de toque” que no sólo dignifique sino profesionalice de nuevo la comunicación comercial del país. Una oportunidad que ya parecía perdida.

Hay que recordar que la frase de Umberto Eco donde dice que la semiótica es la disciplina que estudia todo lo que puede usarse para mentir, fue dicha con sarcasmo. No vaya a ser que se la tomen en serio.

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