septiembre 22, 2015

Sociología

Artículo publicado en el número de septiembre de 2015 de la revista Merca2.0
En su libro “Relaciones Públicas y Cultura” (Editorial Vision Net, España), el profesor de la Universidad Complutense, David Caldevilla –miembro prominente, por cierto de esa especie de sociedad secreta llamada La Escuela Española de Relaciones Públicas–, nos confirma que además de las llamadas ciencias de la comunicación (obviedad necesaria dada la preparación de quien las ejerce), son la sociología y la psicología social las madres de la disciplina que nos ocupa en estas páginas. Son su columna vertebral, nos dice.
Esto nos vuelve a las raíces de un sopetón cuando, sin el menor pudor, vemos todos los días que nuevas generaciones de publirrelacionistas se nutren de la mercadotecnia como disciplina fundamental para un trabajo cuya necesidad más importante es entender, influir y gestionar la opinión pública, origen fundacional de lo que en este negocio se suele llamar mercado.

La Sociología

El hombre es un producto social y la sociedad es una creación del hombre (en atención a Rousseau, primero y Hobbes, después). Pero es Durkheim quien concibió a los seres humanos como criaturas cuyo verdadero potencial se desarrolla casi exclusivamente en la vida social: la opinión, la dispersión de ideas, la convicción y su consecuente difusión en un entorno determinado, son realizaciones individuales que sólo pueden darse en un contexto social.

Comprar (ideas, objetos, marcas) y compartir (convicciones, trabajo), son actividades que serían imposibles de ver sin un contexto donde la sociedad influye y se deja influir. Es en ese sentido que podemos emitir una generalización: es crucial para quienes ejercen las relaciones públicas el punto de vista sociológico que nos ayuda a entender que los fenómenos sociales –como los que inician este párrafo–, son mucho más que la suma de individualidades.

Aplicaciones

El entendimiento adecuado de las diferentes teorías sociales, nos permite interpretar adecuadamente los conceptos conflicto potencial, crisis y riesgo sujetos siempre a la percepción individual, social y al contexto cultural.

Los conflictos potenciales, el riesgo y la crisis tienen dimensiones globales –no obstante la cultura local–, y su naturaleza es de importancia capital para los profesionales de las relaciones públicas, justamente porque las comunicaciones de riesgo y crisis son el núcleo de la teoría y práctica de esta disciplina. Por ello es tan importante considerar a la unión entre riesgo, crisis, reparación de la reputación y responsabilidad social, como una conexión lineal.

Responsabilidad corporativa

En su documento de promoción corporativa “The Road to Recovery” (2006), Burson-Marsteller nos dice que “una reputación que puede tardar en crearse toda una vida se puede destruir en segundos… una respuesta desafortunada, un acto inapropiado… una reorganización poco medida… Sin embargo, la empresa bien gestionada y consciente de su reputación no debe quedarse indefensa frente a la reputación dañada…Restaurar la reputación de una empresa es una tarea monumental –pero no imposible–… la estrategia más efectiva es una disculpa del presidente o del director general… el segundo enfoque más recomendado para recuperar la reputación es comprometerse a ser un mejor ciudadano corporativo.”

En ese sentido debemos recordar que, de ser un tema totalmente marginal, la responsabilidad corporativa se ha convertido en una tendencia generalizada en todos los rincones del planeta. Por ello, la gestión de conflictos potenciales que se realizan en relaciones públicas deben vincularse (casi simbióticamente) con los procesos de gestión de riesgos.

Conclusiones

¿En qué medida contribuye la sociología a la teoría de las Relaciones Públicas?

La sociología es la ciencia que estudia la “realidad social” y por ingenua que parezca esta definición su primera ventaja es destacarse, por contraste, con la mercadotecnia y cualquier otra actividad enfocada –de manera casi exclusiva, aunque no por ello deleznable–, a los negocios. La sociología, dada su condición de saber, de ciencia propiamente dicha, abunda en los fenómenos sociales, en la condición de las sociedades, en saber qué y cómo se motivan para efectuar acción. Es más que la suma de individualidades (en lo cual nos apoya la psicología social, sin duda), es la comunión de valores, sentimientos y percepciones su enorme contribución a las relaciones públicas.

Un dato con sabor a sugerencia: el gran impulsor de la sociología en nuestro ámbito de trabajo es Pitirim Sorokin y “Personalidad, Cultura y Sociedad” (1947), es una compilación que pinta de cuerpo entero prácticamente toda su obra. Ahí encontraremos muchas explicaciones a lo que dejamos de hacer.

La Revolución

  por Manuel Moreno Rebolledo Con 110 años de edad, la Revolución Mexicana –impulsada por la pequeña burguesía de la época y con un ideario...